Que fácil se nos hace muchas veces destronar a Dios del primer lugar en
nuestra vida y cuando hablo del primer lugar me refiero a esa relación
persona e intima que deberíamos tener con Él.
A través de mis años en el Señor he notado la facilidad que tengo y
tienen muchos a los que he visto de relegar a Dios a otro lugar que no
es el primero.
Especialmente hoy reflexionaba sobre el hecho de que somos muy buenos
para pedir, para desear que nos vaya bien, para anhelar paz en nuestro
corazón y tantas cosas hermosas que quisiéramos, pero por alguna razón
no hacemos absolutamente nada por devolver al lugar que le corresponde
al Señor en nuestra vida.
Queremos tantas cosas, queremos que Dios haga esto y lo otro según
nuestra voluntad y en el tiempo que lo necesitamos, pero no pensamos por
un momento que a veces la estamos pasando mal porque hemos relegado a
Dios a otro lugar que no le corresponde en nuestra vida.
Hay una palabra en el libro de Job que descubre una verdad irrefutable, esta es:
“Vuelve la mirada al Todopoderoso; apréndete de memoria sus enseñanzas, y él te devolverá la felicidad”.
Job 22:22-23 (Traducción en lenguaje actual)
El secreto de la verdadera felicidad no está en tener lo que quisiéramos
hablando en sentido material, emocional o sentimental. La verdadera
felicidad se centra en el hecho de volver nuestra mirada al
Todopoderoso, es decir colocar a Dios en el PRIMER LUGAR en nuestra
vida.
Nuestro Señor Jesús lo dijo:
“Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan
lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten”.
Mateo 6:33 (Traducción en lenguaje actual)
Hay momentos en nuestra vida en donde tenemos que reflexionar sobre en
qué lugar tenemos a Dios en nuestra vida, porque la verdad es que muchos
cambiamos de lugar a Dios a cada momentos, cuando sentimos que
necesitamos su ayuda tratamos de ponerlo en el primer lugar, pero cuando
sentimos que las cosas van bien, nos olvidamos de Él y colocamos otras
cosas en primer lugar.
Debemos pensar muy bien en lo que estamos haciendo, en cómo estamos
viviendo nuestra vida cristiana, en cómo esta nuestra relación personal
con Dios, sobre qué tan importante es Dios en nuestra vida y que tanta
prioridad le estamos dando a Él.
Hoy quiero invitarte a hacer una autoevaluación y una crítica muy seria
sobre el lugar que en este momento está ocupando Dios en tu vida y si
hay otras cosas que son prioridad en tu vida antes de tu relación
personal con Dios, entonces devuelve a Dios al lugar que le tiene que
corresponder en tu vida, es decir: EL PRIMER LUGAR.
¡Que nada le quite el primer lugar a Dios en tú vida!
“Pero que todos aquellos que te buscan estén llenos de alegría y de
felicidad en ti. Que los que aman tu salvación griten una y otra vez:
«¡Grande es Dios!»”.
Salmos 70:4 (Nueva Traducción Viviente)
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